Orlando Mazeyra Guillen y las revanchas

El fútbol siempre da revanchas, reza un viejo refrán del deporte más popular.

Pero, cuando éstas se presentan el Perú nunca sabe aprovecharlas, pues no estamos hechos para ganar ni para darnos el gusto de saldar viejas deudas. Sólo sabemos ganar por azar o gitanería.

¿Es un error de fábrica, genético, o, acaso, el masoquismo es el único deporte que practicamos con un éxito masificador? No lo sé.

Nuestro traje deportivo se disfraza de rojiblanco pero, en el fondo, siempre tendrá un tono sombrío: el de la cerviz gacha con un eco que resuena lamentándose.

Es nuestra realidad, el fútbol peruano es mediocre. Se dice cualquier cosa para salir del paso y justificar lo injustificable, porque todos sabemos que hasta los mediocres tienen lo que no tuvo el "equipo de todos": vergüenza deportiva.

Un Ecuador decadente y vapuleado, que estaba a un paso de recibir el tiro de gracia, resucitó como Lázaro porque se encontró con el rival perfecto, el más chato y accesible, el que todos quieren enfrentar: Perú.

Nuestro seleccionado tuvo en Quito una tarde tan impresentable y bochornosa como lo es ese dirigente caradura que se aferra a la presidencia de una Federación, que para encontrar el rumbo lo necesita lejos, lejísimos.

Ecuador ratificó su paternidad sobre nuestra selección y la sonrisa cínica de Chemo Del Solar luego de los últimos goles del rival me resulta insoportable, o cuando menos amonestable.

Sonreír al ver nuestra valla vencida es, en primer lugar, una falta de respeto a él mismo, a su cargo de entrenador, a sus pupilos y, por último, a todos los aficionados peruanos; porque una derrota duele, pero un 5 a 1 mata, lastima y aplasta.

La campaña rumbo a Sudáfrica no sólo es fallida y mediocre sino que, a su lado, las de Oblitas, Maturana y Autuori son la gloria, el clímax. No creo que sea apresurado pedir que el Chemo se vaya a su casa. Él eligió quemarse, Burga fue su verdugo, en realidad, ha sido el verdugo de todos, porque ese equipo sin alma, es de todos lamentablemente, por eso esta pena duele más.

Sé que Burga no entiende, se aferra a la estupidez recalcitrante y a la necedad maratónica; pero estoy seguro de que Chemo Del Solar sí tiene dignidad, además todos reconocemos que Del Solar sí es un ganador. Por lo menos alguna vez lo fué.

Al chaval habrá que decírselo de la manera que más le fascina: ¡Hombre, o te vas o te vas! ¿Vale?

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