Mechita peligrosa en Navidad

Todo un evento para los niños que nos encontrabamos reventado cohetecillos sin cesar, era cuando uno de aquellos cohetecillos, por alguna misteriosa circunstancia no concluia su misión, la de reventar lo más fuerte posible.

Aparentemente los más probable era que reventase el cohetecillo, sin embargo esto no se lograba. Y la mecha del cohetecillo quedaba con solo unos milimetros de longitud.

Era un alboroto. "Mechita peligrosa!" se escuchaba por doquier.

Y es que el extasis de saber quien seria el proximo elegido, en lograr reventar aquel cohetecillo que habia quedado en tan "peligrosa" situación, nos desenfrenaba.

Aquellos años no volveran. La ilusion por unas fechas, aquellos años con más luces en la ciudad que hoy, para nosotros los mayores con un rol cambiado.

No somos más aquel niño que espera con ansias la Navidad. Para reventar cohetecillos, a la espera de una mechita peligrosa, juguete nuevo y demas.

Ahora somos aquel quien debe propiciar que esa ilusion pueda asemejarse lo más posible, a como lo esperan ellos, los niños.